03/20/2024
Día mundial del agua ¿la protegemos?
Noemí González Eguizábal
Ayuda a empresas tanto a nivel estratégico (planes de marketing, sostenibilidad y comunicación), como a nivel ejecutivo, (diseñando y desarrollando acciones y eventos sostenibles, la creación de contenidos). Siempre con una perspectiva sostenible y de género.

El agua, imprescindible para la vida.

Con motivo de que el 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua, donde se anima a poner la conciencia en la importancia del agua dulce, escribo este artículo, para ayudarte a conocer algo más sobre el agua y cómo la utilizamos. 

Este día mundial se celebra todos los años desde 1993 y es una iniciativa global respaldada por Naciones Unidas para abogar por la gestión sostenible y eficiente de los recursos del agua dulce. Un dato: alrededor de 2.200 millones de personas alrededor del planeta viven sin acceso a agua potable, somos unos 8.000 millones de habitantes, esto es un 27,5%. Duro¿no?

Cabría esperar que si la ONU celebra este día desde el 1993, debería haber proclamado el acceso al agua como un derecho humano anteriormente, pues no es así. Hoy por hoy, el acceso a agua potable y su saneamiento es un derecho humano esencial, imprescindible para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos, pero no fue así hasta el 28 de julio de 2010, cuando finalmente lo declaró la Asamblea General de las Naciones Unidas. Sorprendente ¿verdad? En cualquier caso, que sea un derecho humano esencial, no quiere decir que se respete (al igual que otros derechos, como el derecho a una vida digna), como he resaltado en el párrafo anterior más de un cuarto de la población mundial no tiene acceso a agua potable. 

¿Qué sabemos del agua? 

Sabemos que el agua es la base de la existencia, no sólo del ser humano, sino de toda la vida en la Tierra. Todos y cada uno de los seres vivos dependen de ella: animales, plantas… Por lo tanto es imprescindible para la subsistencia de cualquier ecosistema. 

Sabemos que la vida surgió en el agua, hace unos 3.500 millones de años, y hoy, más de un millón de clases diferentes de animales y más de trescientas mil clases de plantas pueblan la tierra, y todas y cada una de las células necesitan el agua para vivir.

Se estima que entre el 60% y el 80% del cuerpo humano está compuesto de agua. 

Sabemos que el agua nos permite estar vivos, es la base de muchos de los procesos internos del organismo, nos ayuda a regular la temperatura corporal, a lubricar las articulaciones, facilita el proceso de digestión, mantiene los órganos en funcionamiento y en buen estado, lleva nutrientes y oxígeno a las células, elimina productos de desecho, disuelve minerales y otros nutrientes para que el cuerpo los use, … 

Podemos decir, sin temor a  equivocarnos, que el agua nos mantiene con vida. 

Se estima también, que una persona necesita entre 3 y 4 litros de agua al día. Los líquidos (agua y otras bebidas) proporcionan entre el 75% – 80% de la necesidad diaria y el resto a través de los alimentos, especialmente las frutas y verduras. Mucho se ha escrito y dicho sobre cuánta agua se debe beber al día, pero lo que se recomienda, a no ser que tengas alguna enfermedad, es beber cuando tengas sed

Datos oficiales

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), una persona requiere unos 100 litros de agua al día para satisfacer sus necesidades: hidratarse, higiene personal, limpiar la casa, lavar la ropa, preparar alimentos, limpiar frutas y verduras… 

El INE, en 2022, con datos de 2020 publicó un informe donde asegura que los hogares españoles consumieron una media de 133 litros por persona y día, siendo los datos más elevados los de Cantabria (165), Comunidad Valenciana (157) y Región de Murcia (150), mientras que los más bajos se registraron en País Vasco (97), Baleares (117) y Navarra y Extremadura (120 en ambas). Además dice el informe que por fugas, roturas y averías en la red de suministro se perdieron 38 litros por persona y día. Pido desde aquí a los organismos responsables que pongan un poco de cuidado, que inviertan en el mantenimiento y reparación de la red de abastecimiento y saneamiento, gracias!

Si hablamos de la distribución del uso del agua que se extrae de la red fluvial, acuíferos, desaladoras… y según datos del 2019,  supone que casi el 70% se dedica a la agricultura, el 18% a la industria y el 12% para el consumo urbano. Este consumo, el urbano, se reparte en hogares, que consumen sobre el 72% del agua urbana, los negocios del sector servicios  con el 20% y los consumos de los ayuntamientos, el restante 8% (limpieza de calles, parques, jardines…)

y más o menos ¿Cuánta agua tenemos disponible?

Alrededor del 70% de la superficie de la Tierra está cubierta de agua. De toda esta cantidad sólo el 2,5% es agua dulce, el 97,5% es salada, se encuentra en mares y océanos.Y,de este pequeño porcentaje de agua dulce, ¿a qué cantidad tenemos acceso y podemos usar? De todo el agua dulce que hay en el planeta sólo el 1% está disponible (lo que supone tan solo 0,025% del agua total del planeta), puesto que gran parte de ella se encuentra en glaciares, casquetes polares y en las aguas subterráneas de difícil acceso. 

En definitiva, el agua disponible para mantener la vida en el planeta es poca y, sobre todo,  limitada. ¿La protegemos?

Ciclo natural y ciclo urbano del agua

Como vemos en la imagen a continuación, del ciclo natural del agua, solo hay una fuente de alimentación, de recarga en el ciclo y esa es la lluvia. Al ser las precipitaciones la única manera de rellenar los embalses y ríos, hace que el ciclo del agua sea un sistema muy vulnerable.

Fuente: Wikimedia

En teoría, en los países (no en todos, por desgracia),  el suministro y la distribución del agua se hace a través red de abastecimiento de agua potable por tuberías subterráneas, pero además de dar acceso a agua potable, es necesario el saneamiento de las aguas residuales que se generan. Así el proceso general que cubre los servicios tanto de abastecimiento como de saneamiento es lo que se llama ciclo urbano del agua, ciclo integral del agua o ciclo de gestión del agua. 

Fuente: Koruro.com

Como vemos en la imagen original de la web kuduro.com, el ciclo urbano del agua tiene las siguientes fases: captación, potabilización, almacenamiento, distribución, consumo, alcantarillado, depuración, reutilización y retorno.

El ciclo del agua de ciudad está dentro del ciclo natural del agua (ya no es tan natural…), y son ciclos son complementarios e interdependientes. 

Me gustaría que quedara muy claro que es muy importante abastecer a la población con agua segura pero también lo es hacerlo de manera eficiente y sobre todo devolver al medio natural agua limpia, no contaminada,  y así conservar los hábitats y ecosistemas.

y  ¿qué es agua contaminada, agua no limpia?

El agua contaminada es  la que ha quedado inservible para su uso y disfrute, es agua tóxica, es decir, no se puede ni beber ni destinar a actividades esenciales como la agricultura.

¿Qué contamina el agua? 

Pues las bacterias, los virus, los parásitos, los fertilizantes, los pesticidas, los  fármacos, los nitratos, los fosfatos, plásticos, los desechos fecales y las sustancias radiactivas.

Pero ¿cómo se contamina el agua? puede ser por ejemplo: por vertidos legales e ilegales de fábricas o de plantas de tratamiento de aguas (depuradoras) imperfectas, por vertidos y fugas de los oleoductos, por el viento, las tormentas y el vertido de basura (especialmente de residuos plásticos) que envían desechos a las vías fluviales (ríos, mares… ).

Y no olvidemos que desde los hogares también se puede contaminar el agua, por ejemplo al verter en el inodoro o el fregadero aceite usado, toallitas, bastoncillos, productos tóxicos de limpieza, que aunque vayan a parar a las plantas de depuración dificultan el tratamiento y la regeneración del agua. 

Entonces, ¿qué podemos hacer para proteger el agua?

Pensemos de dos maneras:

Por un lado pensemos en cómo hacer un consumo eficaz y razonable, y esto no tiene por qué implicar perder comodidad (como puede ser instalar aireadores en los grifos). Reducir el consumo de agua directamente y de productos que necesiten mucha agua en su ciclo de vida. 

Y por otro lado pensemos en qué hacer para no contaminarla, para  intentar mantenerla lo más limpia posible. Si el agua no está limpia, si está contaminada, acaba dañando los ecosistemas y disminuyendo el agua disponible para el uso y disfrute para todos los seres vivos. 

Consumo eficaz y responsable

Hablemos primero de disminuir su consumo, ahorrar agua, lo fundamental es minimizar el uso del agua en cualquier actividad, tanto de sectores productivos (agricultura, industria), como a nivel individual, en los hogares y lugares de ocio. Mucho más importante es en los sectores productivos, pero a nivel personal y sobre todo a través de lo que compramos, podemos contribuir a que las empresas pongan foco en minimizar el uso de agua. 

Hay que tener en cuenta que todo lo que utilizamos o consumimos ha necesitado agua en su proceso de producción, en el cultivo, el crecimiento, el procesamiento, la fabricación, el transporte y la venta de los productos.

Si es producido en un lugar lejano, al consumirlo consumimos también su agua (esto es complejo de entender, pero piensa que si consumes un producto que requiere mucho agua y que viene de muy lejano, al final contribuyes a que haya menos agua disponible en el lugar de origen para su población, puesto que dedican el agua a ese proceso productivo). Es decir, se es responsable del agua que se ha necesitado para crear ese producto y que llegue hasta nuestras manos. Por lo que es importante poner conciencia a la hora de hacer la compra y por eso se habla tanto de consumir productos locales, porque además de evitar la emisión de gases de efecto invernadero se evita la importación de agua (que reduce el agua disponible en origen) y otros consumos. 

No contaminar el agua

La segunda propuesta para proteger el agua es no contaminarla, intentar mantener el agua lo más limpia posible, para que sea más fácil y más inocua su devolución a ríos y mares.

Si nos aseguramos que en nuestros hogares, centros de trabajo y centros de ocio no vertemos por el inodoro o el fregadero sustancias tóxicas o potencialmente tóxicas (aceite vegetal usado, amoniaco…) u objetos que pueden obstruir la red de agua (toallitas, bastoncillos, productos de higiene femenina), ayudaremos a que se posible su depuración y además de una manera más sencilla y eficiente.

Además, las depuradoras trabajan actualmente en la regeneración del agua, que son aguas depuradas sometidas a tratamientos adicionales que se reutilizan en en la agricultura, en el riego de parques y jardines,  incluso para recargar acuíferos y mantener humedales. Por lo que cuanto más limpia esté el agua residual,facilitará que se pueda regenerar y que se haga de manera sencilla, utilizando los mínimos productos posibles. 

Saliendo de la red de agua, es importante, para mantener el agua subterránea limpia, evitar el uso de productos fitosanitarios tóxicos en nuestros jardines, así como apoyar el consumo de (comprar) productos ecológicos o de agricultura regenerativa. Y, por supuesto, no tirando basura ni en las calles de la ciudad, estos residuos pueden caer por el alcantarillado contaminando el agua residual de la red, ni en la naturaleza, que pueden terminar en ríos que desembocan en el mar. 

Proteger el agua no es una tarea, ni por asomo,  exclusiva a nivel personal, es fundamental que el sector agrario, el sector industrial y el sector servicios apuesten por hacer un uso eficiente del agua y sobre todo devolverla limpia al medio ambiente. 

Y tú ¿vas a proteger el agua?

 

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