Acabo de ver que hace un montón que no escribo en el blog, entre que venían las vacaciones y había que cerrar temas urgentes, que se difrutan (y yo desconecto del todo) y que luego vuelves, parece que se van cuatro meses.
Y retomar el trabajo a veces se complica bien porque echas de menos el calor del sol y refrescarte en el mar, porque volver a las responsabilidades, al despertador es duro, porque empezar puede ser complicado (y si eres autónoma como yo, que tienes que volver a planificar, buscar clientela, ser innovadora, desarrollar la creatividad….), bueno y que volver a la rutina monótona a la mayoría nos cuesta.
Así que, en general, lo mejor es buscar nuevas motivaciones, lo ideal es que sean realistas y que sea tuya (lo de ir al gimnasio a veces es más una cruz que una ayuda). Si buscamos nuevos enfoques o pequeños retos, puede ayudarnos a retomar la rutina de trabajo con energía y alegría.
Mi propuesta, lógicamente, tiene que ir en línea con la sostenibilidad, que va a hacernos sentir mejor pues el cuidado del medio ambiente (imagina ese entorno natural donde has pasado las vacaciones) e intentar hacer algo por mejorar el entorno social siempre produce una sensación de satisfacción, de estar haciendo algo que importa, qué es útil. (Intentemos no pasarnos, no vayamos a generarnos un estado de ecoansiedad)
Así que ¿y si nos proponemos ser algo más sostenibles en términos ambientales en el trabajo? Empezando por pequeños retos sencillos de conseguir (no hay nada que motive más que alcanzar las metas). Os planteo un reto de un mes, que desgloso por semanas, aquí va:
PLAN MOTIVACIONAL PARA SER MÁS SOSTENIBLE EN LA ORGANIZACIÓN EN UN MES
SEMANA 1 – OBSERVACIÓN
En esta primera semana lo que propongo es observar, poner conciencia en las rutinas desde el punto de vista de la sostenibilidad. Ver todas esas acciones del día a día en el entorno laboral, pero pensando en energía, agua, residuos, recursos… Esta contemplación comienza desde que nos desplazamos al trabajo, hasta que termina el horario laboral. Te dejo una lista de preguntas que te pueden ayudar, seguro que al leerla se te ocurren muchas más:
- ¿Cómo voy al trabajo? en coche, en transporte compartido, en transporte público, caminando, en bici..
- ¿Enciendo el ordenador cuando llego o ya está encendido?
- ¿Tengo reuniones?¿son presenciales con desplazamiento?
- ¿Uso mucho papel?
- ¿Qué agua bebo?
- ¿Tengo muchos correos electrónicos que no sirven ya? ¿y ficheros en el ordenador?
- Ese café o te que tomo ¿lo hago en una taza? ¿en un vaso de usar y tirar?
- y la comida ¿la llevo en un tupper? ¿la compro en un recipiente de usar y tirar?
- si tengo que tirar basura ¿puede separar los residuos?
- Cuando me voy ¿apago el ordenador y las luces? ¿y el resto de mis compañeros/as de trabajo?
De esta manera podremos identificar áreas donde podamos realizar nuevas acciones más sostenibles y prestar atención a los hábitos de trabajo. La idea es observar sin cambiar nada todavía, solo tomando conciencia (y notas) del impacto ambiental del día a día.
Si además se suman algunas de las personas que trabajan contigo, mucho mejor, no sólo porque los cambios serían de mayor impacto, sino porque os podéis animar entre el grupo y conseguirás una mayor motivación. (De hecho si eres un mando intermedio, puede ser una buena iniciativa para unir al equipo)
SEMANA 2 – PLANTEAR ACCIONES
Tras una semana de observación y análisis, en estos siete días deberás definir y diseñar las nuevas acciones, los cambios que quieres hacer. Lo mejor para seguir con la motivación a tope es definir objetivos sostenibles claros y diseñar las actividades que vas a hacer para conseguirlos. Algunos ejemplos de actuaciones:
- Reducir los envases de un solo uso
- Reducir el uso de energía (puedes inspirarte descargando la guía sobre cómo reducir el uso de energía en tu organización)
- Cambiar a fuentes de energía renovables o mejorar la eficiencia en el consumo de recursos.
- Compartir medio de transporte, habla con el departamento adecuado y propón que hagan un programa para compartir coches, por ejemplo.
- Rodearse de plantas, que además de crear un ambiente más agradable, limpian el aire y algunas, incluso, ayudan a minimizar el impacto de la radiación electromagnética de aparatos electrónicos
- Utilizar luz natural
- Apostar por materiales sostenibles
- Reducir el uso de plástico (te dejo el link a mi post sobre tips para reducir el uso de plásticos)
Al final de esta semana deberías tener una lista de acciones para poder ponerte con ellas la semana siguiente. Empieza por las más sencillas, las que sólo dependen de ti, por ejemplo llevar un vaso reutilizable para el café, apagar las luces cuando no haya nadie en la sala o la luz natural sea suficiente… y las que implican a más gente, como compartir coche, para más adelante.
Si has conseguido hacerlo en grupo, que más personas de la organización se impliquen, os recomiendo poner todas las ideas en común. Seguro que salen algunos retos que ni se te habían pasado por la cabeza. Os sugiero hacer una lista de acciones, de las más sencillas a las más complejas y priorizar su puesta en marcha. Recuerda que, como lo que buscamos es motivación y alegría, es importante que los retos sean alcanzables, empieza poco a poco, no seas excesivamente exigente.
SEMANA 3 – EJECUTAR
Es el momento de poner en marcha las acciones planteadas, qué nervios. Pequeños cambios diarios son los que marcan la diferencia, y recuerda empezar con acciones simples para que el proceso no resulte abrumador.
No olvides comentar con tus compañeros y compañeras los cambios que te propones llevar a cabo, seguro que les contagias de entusiasmo y se animan a llevar a cabo el plan.
SEMANA 4- EVALUAR ( y seguir ejecutando)
Y la última semana es la de evaluar y proponer algunos cambios, si se ve necesario. Reúnete con el grupo (a estas alturas del plan, ya has conseguido que algunas de las personas que trabajan contigo se hayan unido) y evaluad cómo han funcionado las medidas aplicadas y qué ajustes se pueden hacer para seguir mejorando.
Y si han resultado, es el momento de ir a por las más complejas.
Al final acabarás creando un espacio de trabajo verde, con las plantas y los materiales sostenibles, que harán mucho más agradable el trabajo, con un entorno más relajante y saludable, además de mejorar el bienestar y la productividad.
Hacerlo en grupo ayuda a conectar con los compañeros/as, motivando el sentimiento de trabajar por un objetivo común y fomentando una cultura organizacional positiva
Seguro que es el primer paso para que en tu empresa se preocupen por el medio ambiente.
Conclusión: La sostenibilidad como motor de cambio
La vuelta al trabajo no tiene por qué ser una simple vuelta a la rutina. Es una oportunidad para replantear nuestras acciones, tanto en lo personal como en lo profesional. Al integrar la sostenibilidad en nuestra vida laboral, no solo estamos cuidando del planeta, sino que también nos estamos alineando con valores que pueden transformar la forma en que trabajamos y vivimos.
Cada pequeño cambio, desde reducir residuos hasta optimizar recursos, puede generar un impacto positivo. Aprovechar este momento para reflexionar y actuar nos permite no solo mejorar nuestro entorno de trabajo, sino también contribuir a un futuro más sostenible.
La motivación por hacer las cosas mejor puede ser el impulso que necesitamos para volver al trabajo con energía renovada, conscientes de que nuestras acciones cuentan, tanto en el ámbito profesional como en el ambiental.