El otro día, tuvimos un encuentro virtual de la comunidad #savethemarkting donde buscamos una manera de cocrear e implantar un marketing que sea ético, sostenible, consciente y por el bien común (os animo a que leáis el manifiesto pinchando aquí)
Laura Tuero actuaba de moderadora y nos planteó un ejercicio muy interesante: Reflexionar sobre qué valores son imprescindibles para el desarrollo de un marketing como el que queremos trabajar. Y, entonces, empezamos a hablar, compartir y cocrear. (Os animo a que hagáis este ejercicio cualquiera que sea vuestro área de trabajo)
La primera característica, cualidad o valor que se me ocurrió fue la HONESTIDAD, que el marketing tiene que ser honesto, honesto con lo que es la empresa y con lo que comunica. Todas las personas que participamos estamos de acuerdo en este punto (y en muchos más) y por eso, hoy, quiero hablar y reflexionar sobre qué es y cómo aplicar el MARKETING HONESTO.
Pero ¿a qué me refiero?
Me refiero a aplicar la honestidad a las diferentes áreas del marketing, desde el diseño del producto, hasta por supuesto la comunicación. Conseguir que todas las estrategias de marketing que se diseñen y ejecuten sean honestas.
Y honestidad es saber que, aunque lo que hagamos no sea perfecto y quizá no cumpla con todos nuestros valores y requisitos, lo hacemos de la mejor manera que podemos con los medios que tenemos. Y ser sinceros/as al respecto.
Si apuestas por un marketing honesto es necesario llevar a cabo estrategias de marketing que sean transparentes, veraces y éticas. En contraste con prácticas de marketing engañosas o manipuladoras, el marketing honesto se debe basar en la comunicación abierta y sincera con los grupos de interés, con nuestras luces y nuestras sombras.
Hablábamos en el encuentro de cómo ciertas marcas ponen Diseñado en Barcelona, dando así la sensación de que es un producto local, cuando en realidad está fabricado en China. No es honesto, porque, aunque no estén diciendo ninguna mentira, buscan confundir a la persona que va a comprar el producto, y eso, no es honesto.
La honestidad es un valor al alza, trabajar conociendo el lado “malo” o mejorable y las limitaciones con las que cuenta una organización y darlo a conocer es parte imprescindible de las practicas honestas. Las personas relacionadas con la organización comprenderán y entenderán el por qué de la forma de trabajar de la empresa, mejorando la imagen de marca (tampoco utilicemos el marketing honesto como herramienta para conseguir más clientes, porque entonces deja de ser honesto)
Saber que, por ejemplo, tu producto está diseñado en Barcelona pero fabricado en China porque la marca no puede asumir los costes de una producción local, es, en cualquier caso, una muestra del esfuerzo que pone la empresa por la honestidad y la transparencia. Y la consciencia de que la perfección es difícil de alcanzar.
Pero ¿cómo saber si somos honestos/as o si trabajamos el marketing desde la honestidad? bueno, eso se siente, pero, ahí está Sócrates con sus tres filtros (vuelvo a nombrar a Laura Tuero que fue quien mencionó estos filtros en la reunión y que me han servido de inspiración) :
LA FÁBULA DE LOS 3 FILTROS DE SÓCRATES
Un discípulo llegó muy agitado a la casa de Sócrates y empezó a hablar de esta manera:
– “¡Maestro! Quiero contarte cómo un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia…”
Sócrates lo interrumpió diciendo: -“¡Espera! ¿Ya hiciste pasar a través de los Tres Filtros lo que me vas a decir?
-“¿Los Tres Filtros…?”
-“Sí” – replicó Sócrates. El primer filtro es la VERDAD. –“¿Ya examinaste cuidadosamente si lo que me quieres decir es verdadero en todos sus puntos?”
-“No… lo oí decir a unos vecinos…”
-“Pero al menos lo habrás hecho pasar por el segundo Filtro, que es la BONDAD: ¿Lo que me quieres decir es por lo menos bueno?”
-“No, en realidad no… al contrario…”
-“¡Ah!” – interrumpió Sócrates.- “Entonces vamos al último Filtro. ¿Es NECESARIO que me cuentes eso?”
– “Para ser sincero, no…. Necesario no es.”
– “Entonces -sonrió el sabio- Si no es verdadero, ni bueno, ni necesario… sepultémoslo en el olvido…”
Los tres filtros de Sócrates son, entonces, una herramienta filosófica que podemos utilizar para evaluar la veracidad y la utilidad de la información o las afirmaciones antes de aceptarlas o transmitirlas. Si aplicamos estos filtros al marketing honesto nos aseguramos que las comunicaciones y afirmaciones de marketing sean rigurosas y verdaderas.
Verdad, bondad y utilidad son los tres filtros pero ¿cómo aplicarlos?
FILTRO DE LA VERDAD
Antes de realizar afirmaciones de marketing, bien sea para comunicar, diseñar un producto o servicio, para desarrollar cualquier estrategia, se debe aplicar el filtro de la verdad. Esto implica hacerse la pregunta:
¿Es verdad? ¿Estoy seguro/a de que lo que voy a decir/hacer es cierto?
Esto es que todas las afirmaciones y mensajes deben ser precisos y basados en hechos verificables. No se deben hacer afirmaciones falsas o engañosas.
Por ejemplo y aplicado en este caso a temas de sostenibilidad ambiental: ¿Es verdad que mis emisiones son cero? ¿Es verdad que mis emisiones son netas en carbono hoy?
De manera que si no es verdad, enúncialo para que lo sea: Estamos trabajando para reducir y compensar las emisiones de carbono y de gases de efecto invernadero. Hemos conseguido reducir las emisiones en un 20%.
FILTRO DE LA BONDAD
El segundo filtro de Sócrates se refiere a la bondad o la utilidad de la información.
Pregúntate: ¿Es algo bueno lo que vas a decir/hacer? ¿Aporta a la sociedad y a tu producto o marca?
Antes de diseñar cualquier estrategia de marketing debemos cuestionarnos si es útil, beneficiosa y ética. Debemos considerar si la información que se proporciona beneficia a los/as consumidores/as y si es ética en su presentación y uso.
Sigamos con nuestro ejemplo, ¿es bueno decir que la marca se esfuerza por reducir sus emisiones y poner informes de difícil comprensión para justificar la transparencia? Quizá es más honesto, aunque se dé acceso a informes técnicos, redactar un resumen comprensible con la información relevante y veraz.
FILTRO DE LA NECESIDAD
Este filtro se relaciona con la necesidad de comunicar cierta información.
Las preguntas: ¿Será útil para nuestro público lo que vas a decir/hacer? ¿Le servirá de algo saberlo?
Antes de diseñar acciones de marketing, y con especial énfasis en la comunicación, se debe preguntar si es necesario compartir esa información o si se está sobrecargando a los/as consumidores/as con detalles innecesarios. El enfoque debe estar en proporcionar información relevante y útil.
En nuestro ejemplo: ¿es relevante y útil que el público objetivo sepa que nos esforzamos por reducir la huella de carbono? A priori puede parecer que sí, pero nadie como tú si aporta o no en el proceso de decisión de compra de tu producto o servicio.
Aplicar los tres filtros de Sócrates a la hora de diseñar y ejecutar estrategias, ayuda a garantizar que las acciones sean veraces, útiles y necesarias, lo que contribuye a construir la confianza de los consumidores y a mantener la integridad de la marca. Al evaluar las estrategias de marketing a través de estos filtros, las empresas pueden evitar la publicidad engañosa y centrarse en la comunicación transparente y ética con sus clientes. Consiguiendo así desarrollar un marketing más honesto.
¿Te animas a implantar estrategias de marketing con un enfoque más honesto?